Lost: cómo destrozar una serie

Tranquilos, tranquilos. No me he desenganchado a Lost en absoluto. ¡Y menos aun después de ver el 4×09! Pero hoy estoy criticón con el mundo y voy a postear cómo ha sido el paso de Lost por la televisión pública española.

 

Lost llegó a nuestras vidas de la mano de TVE-1, que en una decisión que jamás comprenderemos emitió el capítulo piloto (el más caro de la historia de la televisión) a las seis de la tarde de un domingo caluroso del mes de junio, según ellos para captar a la gente que acababa de ver la final de Roland Garros de Nadal. Porque claro, la gente lo que quiere después de ver tres horas de tenis es ver dos horas de una serie desconocida para el público general.

Jamás entenderé que les movió a hacer esto con la serie que estaba llamada, según la crítica de medio mundo y tras pasar con un inmesurable éxito en Estados Unidos, a ser la mejor serie de la década. Pasó lo que tuvo que pasar: no fue seguida. Yo vi el capítulo piloto y después los dos que echaron la semana siguiente (hasta el capítulo de John Locke) y pesó más la fuerza del verano que Lost.

Sigamos. ¿Por qué echar dos capítulos semanales? Digo esto porque es un fallo que se ha venido repitiendo. Lost no es House. Lost no es una serie para que te resuelvan los misterios en cinco minutos. Si un capítulo acaba con un cliffhanger memorable, lo que la gente necesita es pensar en el por qué, en el cómo y, seguramente, en el cuándo. Eso si no te destrozan el cliffhanger, porque en los anales de la historia quedará cómo Ethan moría antes de volver. TVE-1 programó el capítulo en el que Ethan moría antes del que le precedía cronológicamente.

Repito. Si esto pasa con Punky Brewster no pasa nada, a no ser que la niña de coletas hubiera encontrado a su madre por fin (cosa que creo no llegó a pasar nunca). Y no conforme con echar dos capítulos a la semana, la quitaron del prime time para colocarla a partir de las 23.30 de la noche y emitir tres capítulos a la semana.

¿Por qué hicieron eso con su serie estrella? Nadie lo sabe. El público no respondió tampoco al intento de llamada de la segunda temporada. Lógico. Incluso yo traté de enganchar a un amigo que no se enteró de nada. «¿Qué hace una escotilla ahí?», me preguntó. Una vez empezaste mal, acabarás peor. TVE siguió la ley de Murphy al dedillo.

Así que la serie pasó a La 2. Bueno, pensamos, al menos allí no la maltratarán. Pero no, siguieron haciéndolo. Volvimos a los tres capítulos semanales cuando todo el mundo ya lo había visto por internet. ¿Y por qué emitir la serie en formato 4:3 cuando está realizada en 16:9?

Y esto me lleva a otra pregunta, esta de índole general. ¿Por qué en España no se atreven más a emitir series y películas en V.O.? España tiene un lastre en este aspecto que parece no se va a quitar en la vida. Y como consecuencia, el paupérrimo nivel en idiomas que poseemos.

Y en la tercera pasó más de lo mismo. Tarde y mal. Por televisión ya no la sigue prácticamente nadie. Estrenar la mejor serie de la década en la época en la que Televisión Española comenzaba su caída en picado fue un error monumental. ¡Ojalá la hubiera comprado Cuatro! Al menos con House lo hicieron fenomenal. Pero debe ser cosa de TVE, pues nadie entiende tampoco el por qué de emitir ‘A dos metros bajo tierra’ de madrugada.

Originally posted 2008-04-28 13:10:45.

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